Durante el verano se realizan muchas actividades al aire libre y por lo tanto la piel está más expuesta al sol. Ante ello, la cartera sanitaria nacional ofrece consejos para cuidar la salud y prevenir el cáncer de piel.
Con el objetivo de contribuir a que la población adopte una actitud responsable durante su exposición al sol en el verano, el Ministerio de Salud de la Nación brinda una serie de recomendaciones para cuidar la salud y prevenir sobre el riesgo de contraer cáncer de piel.
“El aumento de la incidencia de los cánceres de piel en los últimos cincuenta años hace de la prevención de la exposición a los rayos ultravioleta (UV) un problema de salud pública”, sostuvo la doctora Dora Loria, directora ejecutiva del Registro Argentino de Melanoma Cutáneo (RAMC) y miembro del Consejo Consultivo del Instituto Nacional del Cáncer (INC), que depende de la cartera sanitaria nacional. En especial –agregó la especialista–, cuando se han incrementado los comportamientos de riesgo frente a la exposición solar debido a que el bronceado se ha convertido erróneamente en sinónimo de belleza, bienestar y aspecto saludable.
Asimismo, las radiaciones luminosas de origen solar o que provienen de fuentes artificiales de rayos ultravioleta pueden provocar daños graves en los ojos (cataratas, lesiones en la retina), envejecimiento prematuro de la piel (arrugas, manchas) y diferentes tipos de cánceres cutáneos. En ese sentido, “la precaución en relación a la exposición solar debe realizarse durante todo el año y no sólo en verano, cuando el riesgo aumenta debido a la intensidad de los rayos solares”, señaló Loria. Por este motivo, las personas que trabajan al aire libre deben utilizar ropas claras y holgadas que les permitan protegerse del sol.
Además de las radiaciones UV provocadas por la luz solar, “otra fuente de radiación ultravioleta que puede causar un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel son las camas solares”, detalló Loria. Las dosis de UV artificiales de las camas solares se acumulan a las dosis de UV del sol y pueden reforzar el efecto cancerígeno, por lo que el INC desalienta el uso de las camas solares a la población en general y, particularmente, a los menores de 35 años.
Por eso, para que disfrutar del sol no se convierta en un riesgo, se recomienda a la población en general, y en especial a niños y adolescentes, adoptar precauciones muy simples, tales como:
- Evitar exponerse al sol entre las 10 horas y las 16 horas.
- Buscar lugares a la sombra.
- Cubrirse con ropas, sombreros y anteojos de sol.
- Utilizar protector solar de al menos 20 FPS (Factor de Protección Solar).
- Los bebés menores de 1 año deben evitar completamente la exposición.
El cáncer de piel en Argentina
En numerosos países se ha visto un aumento de los casos de melanoma en los últimos años, pero hasta hace unos años no existían cifras al respecto en la Argentina. Por esa razón, se creó en 2003 el Registro Argentino de Melanoma Cutáneo (RAMC), que ya lleva contabilizados más de 7.000 casos desde el 1º de enero de 2002 hasta el presente. El análisis realizado por el RAMC mostró que:
- Sólo un 3% de los casos fueron diagnosticados antes de los 25 años de edad. Los mismo se distribuyeron en igual forma numérica en ambos sexos.
- La edad media de las mujeres al momento del diagnóstico fue de 55 años, mientras que la media de los varones fue de 58.3. Esta diferencia fue estadísticamente significativa y parece indicar que las mujeres se diagnostican a edades más tempranas, se presume que por prestar una mayor atención a su salud.
- En cuanto a las localizaciones de los tumores, las zonas más afectadas entre las mujeres, son los miembros inferiores, con un 40,6% de los casos; mientras que en los hombres, se dan en un 49,5% en el torso. No existen diferencias notables entre ambos con respecto a la frecuencia de aparición en cabeza, cuello y en los miembros superiores. Esta distribución es la presentada en los países cuya población es preponderantemente de origen caucásico.
- Un trabajo conjunto del RAMC y del Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA) encontró para el período 2002-2010 en Argentina, 48 casos de melanoma diagnosticados en niños hasta 14 años, y 40 casos en jóvenes de entre 15 y 19 años. Si bien el melanoma no es frecuente en esta franja etaria, puede presentarse, por eso es importante estar atentos a los signos que pueden sugerir una alteración de este tipo en la piel de los niños y adolescentes.
¿Qué es el cáncer de piel?
Es el cáncer que se forma en los tejidos de la piel y que puede deberse a diversos factores, como las quemaduras solares reiteradas o la exposición a radiación UV a largo plazo. Existen dos tipos principales de tumores de piel: el carcinoma y el melanoma. Los carcinomas (basocelulares y espinocelulares) son los más frecuentes. Los melanomas son mucho menos frecuentes, pero su evolución puede ser de peor pronóstico y constituye el más grave de los cánceres de la piel. Por lo general, está vinculado a las exposiciones solares en la infancia y es un cáncer curable, siempre y cuando sea diagnosticado tempranamente. Se manifiesta de dos modos: por la aparición de una pequeña área de pigmentación alterada sobre la piel sana (el caso más frecuente), o por la modificación de un lunar (nevus pigmentario) preexistente.
Los cánceres de piel se pueden detectar precozmente en la mayoría de los casos. La detección precoz es la mejor posibilidad de curación.
La principal fuente de radiación UV es la luz solar. El grado de exposición a esta radiación depende de la intensidad de la luz, del tiempo de exposición, y de si la piel ha estado protegida. Las personas que viven en áreas donde están expuestas todo el año a una luz solar intensa tienen mayor riesgo. Estar largo tiempo a la intemperie por motivos de trabajo o diversión sin protegerse con ropas adecuadas y protector solar también aumenta el riesgo.
Las camas solares son otras fuentes de radiación ultravioleta que pueden causar un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de piel. Por otra parte, las lesiones o inflamaciones graves o prolongadas de la piel, como pueden ser las quemaduras graves, la piel que recubre el área donde se produjo una infección ósea grave, y la piel dañada por ciertas enfermedades inflamatorias son áreas más vulnerables.
Si bien todas las personas pueden ser susceptibles a desarrollar algún tipo de cáncer de piel, ciertos grupos deben prestar mayor atención. Entre ellos, las personas que tienen la piel, ojos y cabellos claros; quienes tienen numerosos lunares (nevos) y/o pecas (efélides); las personas que tienen lunares congénitos (desde el nacimiento) o atípicos (anchos, irregulares); quienes tienen antecedentes familiares de melanoma; las personas que ya han tenido un melanoma (riesgo de recidiva); aquellos que han tenido quemaduras solares severas durante la infancia o la adolescencia; y las personas que practican frecuentemente actividades al aire libre.